martes, 16 de diciembre de 2014


Biografía

Alfonso Ugarte nació en la ciudad de Iquique en la Provincia de Tarapacá. Su partida de bautismo, según consta en el libro N.º XXXVI, de la parroquia de San Lorenzo de Tarapacá, está fechada el 13 de julio de1847 y como no se menciona el tiempo transcurrido desde su nacimiento, se supone que nació ese mismo día. Sus padres fueron Narciso Ugarte y Rosa Vernal Carpio. Perteneciente a una familia de acaudaladoscomerciantes, estudió en su ciudad natal y en Valparaíso, donde se graduó de contador. En 1876 regresó a Iquique; trabajó administrando las empresas salitreras de su familia, y en el sector público llegó a ser Alcalde y miembro de la Beneficencia de dicha ciudad.
Al inicio de la Guerra del Pacífico, Ugarte, quien se encontraba pronto a viajar a Europa por asuntos de negocios de la firma Ugarte Zeballos y Compañía que él mismo había creado, decidió quedarse en su ciudad natal para contribuir personalmente a su defensa. Organizó un batallón con su propio dinero, batallón integrado por obreros y artesanos deIquique. Este batallón fue nombrado como el Batallón "Iquique N° 1", conformado por 429 soldados y 36 oficiales, cuyo mando asumió. Hizo testamento y dejó constancia que aplazaba su matrimonio con su prima Timotea Vernal.
Participó en la Batalla de San Francisco o Dolores y en la Batalla de Tarapacá. En esta última, tras poner en fuga a la caballería chilena con el fuego de su batallón, fue herido de bala en la cabeza, no obstante lo cual, siguió combatiendo y recorrió el campo para evitar que se cometiera el repase de los caídos. Tras la victoria se negó a ser conducido a Arequipa para su curación. Tampoco cuando contrajo el paludismo quiso pedir licencia por salud. Se replegó junto con el ejército peruano y la población tarapaqueña hacia Arica.

Muerte heroica en la batalla de Arica[editar]

Murió combatiendo denodadamente en la batalla de Arica, lo que es de admirar tratándose de un civil y no de un militar de oficio. La historia popular señala que se lanzó montado en su caballo blanco desde la cima del Morro, llevando consigo el Pabellón Nacional, para evitar que el enemigo lo tomara como trofeo, muriendo estrellado entre las rocas. Esta versión circuló desde muy temprano, tal como se puede leer en la edición del diario limeño La Patria del 21 de junio de 1880:
El último acto de la corta pero interesante carrera de Alfonso Ugarte revela cuanto era capaz esa alma verdaderamente grande. Acosado por innumerables enemigos, vencido ya en la cumbre del Morro histórico, presenciando la mutilación de los caídos, la profanación de esas reliquias sagradas del heroísmo, quiso sustraerse a las manos enemigas y clavando las espuelas en los ijares de su caballo, se lanzó al espacio desde aquella inmensa altura para caer despedazado sobre las rocas de la orilla del mar.1
Este testimonio debió ser transmitido por testigos oculares y se dice también que durante muchos días quedó a la vista la osamenta de un caballo desbarrancado al pie del morro. El historiador Clements R. Markham consigna también esta versión en su obra histórica sobre la guerra del Pacífico. Sin embargo, si bien en los partes peruanos sobre la batalla de Arica se menciona a Ugarte como uno de los caídos en el morro al lado del coronel Bolognesi, en ninguno de ellos se habla de su lanzamiento al mar a caballo. Tampoco las fuentes chilenas hablan sobre ello. No obstante, se debe tener en cuenta que por entonces no se acostumbraba en los partes a dar detalle de la forma de la muerte de un combatiente.
Esta versión de la muerte del héroe (para algunos sumamente idealizada), termina coronándose con la afirmación de que su cadáver no llegó a ser recuperado, a pesar de la generosa recompensa que ofreció su familia, residente en la ciudad de Lima por causa del conflicto, por este hallazgo.
Sin embargo, está certificado que su cadáver si fue hallado, tal como lo consignó el párroco de Arica, José Diego Chávez, en el libro de entierros, con fecha del 15 de junio de 1880, siendo colocado el cuerpo en un nicho del panteón local. Dicho párroco señala también que el cadáver fue hallado al pie del Morro.
El cuerpo identificado como el del coronel Alfonso Ugarte fue traído a Lima en 1890, junto con los restos de otros combatientes caídos en la guerra. En la edición del diario limeño El Comercio del 10 de julio de 1890, se menciona que antes de la repatriación, su cajón fue abierto en Arica y “se encontraron fracciones del cuerpo y un calcetín de hilo con la marca de su nombre”. Un grupo de ilustres tarapaqueños llevaron los restos en fúnebre cortejo hasta el mausoleo del mariscal Castilla.
Años más tarde sus restos fueron depositados en el mausoleo familiar que había construido su madre en el cementerio de Lima. Posteriormente fue trasladado a la Cripta de los Héroes de la Guerra de 1879 en el Cementerio Presbítero Maestro, y allí reposa actualmente, en el tercer nivel, dentro de un sarcófago.
Intentando dilucidar la controversia sobre el cadáver del héroe, Geraldo Arosamena Garland logró en 1979 – en su calidad de presidente del Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú – la autorización de abrir la supuesta tumba de Alfonso Ugarte, encontrando, efectivamente, sus restos y parte de su uniforme envueltos en una bandera peruana. Estaban en buen estado, sobre todo el cráneo y la cara.




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